jueves, 20 de marzo de 2014

20 Marzo, 2014.





La "memoria histórica" no está libre de convertirse en un arma de marketing político para producir nostalgia de tiempos ya idos - e idealizados - y desvincular al sujeto de lo que está sucediendo en el momento presente. Han pasado más de 70 años desde el 14 de Abril de 1931, pero esta sociedad es tan diferente en tantos aspectos que no tiene sentido alguno hacer proyecciones retrospectivas superficiales.

Reivindicar "La república", así, en abstracto, o hacer "homenajes" a las víctimas, a mí, personalmente, no me interesa. Luchar contra la impunidad, la injusticia, la violencia estructural y la falta de libertades, sí. 

La historia, o eso que llaman la "memoria colectiva", nos ayuda a situarnos en el momento presente, pero el futuro no lo construyen, ni las nostalgias, ni los "homenajes" a las víctimas. Es absurdo hacer un "homenaje" a la muerte de un ser que, con toda seguridad, quería seguir viviendo

Además, todos los límites -geográficos y temporales- que se le imponen a la memoria son, en muchas ocasiones, narrativas muy selectivas que afianzan grupos de poder mediático, político y económico y que aspiran a "producir sentido" de comunidad. No trascienden el "guetto" del propio estado-nación y, por lo tanto, restan capacidad para entender en qué medida las experiencias históricas de "otros" países se parecen a las que consideramos "nuestras".

No hay comentarios:

Publicar un comentario