Sin eso que algunos llaman, despectiva o descriptivamente, "feminismo radical", no habrá ni siquiera eso que llaman, despectiva o descriptivamente, "democracia formal".
Puesto que la "democracia formal" ha sido siempre, a efectos prácticos, un cuento chino, el feminismo no ha podido reivindicarla históricamente de otro modo sino radicalmente , a efectos prácticos. Y puesto que el "capitalismo real" y la "democracia formal" son incompatibles, el feminismo no ha podido reivindicar la segunda, a efectos prácticos, sino desde cosmovisiones libertarias en diferentes grados.
No se trata de materializarlo todo "aquí y ahora", pero el mundo que nos han dejado nuestros padres y abuelos no nos deja otra alternativa que esforzarnos en "limpiar" la ideología patriarcal que todos - mujeres inclusive - llevamos dentro.
Recordar esto, a día de hoy, da verguenza. El "I-D-I" industrial y tecno-militar no para de moverse hacia adelante, pero el "I-D-I" social, ético y afectivo retrocede a pasos tan agigantados que uno no puede sino alarmarse y sentirse preocupado. Y en esta recuperación del "I-D-I" social, ético y afectivo el feminismo tuvo, tiene y tendrá un papel crucial en la historia del mundo contemporáneo.
No hay otro camino : sin "feminismo radical", no avanzamos. No, no avanzamos. No podemos avanzar