martes, 10 de diciembre de 2013

10 Diciembre, 2013.




- "! Ah !. Filosofía, jurisprudencia, medicina y hasta teología; todo lo he profundizado con entusiasmo creciente, y ! heme aquí, pobre poco, tan sabio como antes !. Es verdad que me titulo maestro, doctor, y que aquí, allá y en todas partes, cuento con innumerables discípulos que puedo dirigir a mi capricho, pero no lo es menos que nada logramos saber. Esto es lo que me hiere el alma". 


Empiezo Fausto, de Goethe. Termino el primer libro de las Memorias de Ultratumba de Chateaubriand. Aunque me encanta, narrativamente, metodologicamente es un caos  - bastante placentero, por cierto - : salta de la autobiografía al auto-análisis existencial, y de éste al ensayismo filosófico, y de éste a una historiografía - bastante parcial e interesada - de la revolución Francesa con una facilidad pasmosa. Chateaubriand enseña lo que la historiografía oficial más militante de las dichas y glorias de la revolución francesa oculta o no tiene en cuenta, pero ello no quiere decir que Chateaubriand sea tan maniqueo a veces como ésta. Me resultan interesantes, por desproporcionadas y patéticas, las representaciones lietarias que hace de los atributos psicológicos de demonios como Marat, Danton, Robespierre, Camile Desmoulins, Fouché,, etc. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario